The River of Memories

THE RIVER OF MEMORIES

The River Of Memories (The River of Memory) is a processual work, projected in 2001 ("Fire Art") and made in 2009. A work open to participation, and two different parts: the performance ("fire art") held at the Andalusian Center for Contemporary Art (CAAC) and the second with the final installation at the Weber-Lutgen Gallery in Seville.
"THE RIVER OF MEMORIES" (2008-2009) Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) y Galería Weber-Lutgen de Sevilla. (Obra Procesual)
Collective Procesual Work, by Jesús Algovi
Public Convocation / Convocatoria Pública: September 2008 - 20 January 2009.
Action of Cremation / Acción de Incineración: Saturday 21 th March / Sábado 21 de Marzo 2009. 12'30 h. Place / Lugar: CAAC. Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Sevilla.
Exhibition / Exposición (Instalación / Site Specific): 8 may / mayo - 20 june / junio, 2009. Galería Weber-Lutgen. Sevilla. Spain. (with cathalogue)

(TEXTO DEL CATÁLOGO)

“The River of Memories” (El Río de la Memoria) es una obra procesual abierta. Abierta a cualquier persona curiosa por la cultura, cercana a la creación, desde cualquier campo y sin fronteras. Profesionales o simples inquietos paseantes... Un vehículo internacional de expresión libre.
Es un acto en la búsqueda de la utopía: avivar los espacios expositivos y animar las bases de la cultura contemporánea, alejadas por gélido frío que produce la erudita asepsia, el miedo al rubor de la aparente ignorancia y la incomprensión resultante de la utilización de códigos herméticos. 
Inicialmente evita el residuo del objeto y lo sustituye por su documento, que representa la memoria de todo el proceso. Este toma cuerpo objetual y se transforma finalmente en obra.
Hay una deconstrucción del objeto, de su materia y de su propiedad. Se trata de una purificación casi “chamánica” mediante el fuego. Permanecerá la idea, la inmaterial propiedad del sujeto.
Es un intento por recordar a todos: muchos son los caídos, pero pocos los recordados. Anónimos somos todos, solo es cuestión de tiempo, siempre relativo...

Es un proyecto que nos habla del tiempo, de lo efímero, como metáfora de la propia vida, de la muerte y de la necesidad del ser humano de dejar algún residuo que sea un testigo de su memoria. La necesidad de perpetuarse, de intentar ir más allá de la existencia limitada que la realidad nos impone, de luchar contra la inexorable caducidad del cuerpo que nos acoge. Como es el caso particular del arte, con el poder de mantener su memoria después de la propia muerte de su autor. Perdurar mediante el objeto (sus obras) que nos mueve al esfuerzo continuo, al sacrificio permanente. La imagen cliché, tan explotada en el celuloide, del romántico artista, de vida atormentada y bohemia que alcanza “la fama” tras el óbito. Hecho que permite mantener la esperanza a tantos, a la espera de recibir el póstumo premio de la “eternidad” que alimente nuestro difunto ego. Ello conduce en ocasiones a situaciones paradójicas, o que rozan el mayor de los ridículos, o al esperpento. El reality show televisivo es la caricatura deformada de esta realidad.
Pero en este río que se llama vida, el tiempo inexorablemente nos hará rodar por su corriente. Desgastará todo rastro superfluo que hayamos podido grabar en la piedra de nuestra existencia. La erosión del tiempo es implacable.

“The River of Memories”, es una obra que proyecté en el año 2001, y que fue publicada con el nombre de “Fire Art” ya en el año 2002, en un texto de Margarita Aizpuru dentro de un libro de artista que se presentó en mi exposición individual en The Air Gallery en Londres en el año 2002. Este tiempo me ha permitido ampliar y enriquecer la idea original que aquí os presento. Está inspirada en "El Río del Olvido", libro de Julio LLamazares, con el que comparto orígenes paternos en ese valle del Curueño. Río descrito en su libro, de las estribaciones montañosas de Picos de Europa. El canto rodado, que es elemento central de la instalación, procede de este lugar. Es la pieza realizada en fundición (bronce y aluminio de 45 x 40 x 30 cm) rodeada con la palabra MEMORIES. Contendrá las cenizas procedentes de la acción del fuego. En la instalación final estará esta pieza integrada junto a otros muchos cantos rodados reales que reproducen la metáfora del río, como el elemento argumental. 

Es una obra procesual y se trata, a su vez, de un proyecto colectivo. Las fases del proceso eran: 

1ª. Convocatoria: En septiembre de 2008 realicé una convocatoria pública con una invitación a la participación, donde se explicaba todo el proceso de la acción y su obra final, especificando claramente el no retorno de las obras, así como su cremación. Estaba totalmente abierta a todas las personas que quisieran participar y se invitaba a la difusión del proyecto. Rescata la idea del mail art, ampliando los ámbitos de expresión y la nueva vía de comunicación que supone Internet. La única limitación era el campo bidimensional pero multidisciplinar: dibujo, pintura, ensayo, poema, música escrita, diseño, planos, texto o imagen, infografía, fotografía, etc. Es decir, cualquier forma de expresión cuyo soporte sea bidimensional, en un formato de proporción DIN A4, en composición vertical. Lo que cada uno quisiera expresar libremente y sin censuras. La obra se convierte así en una plataforma libre de expresión. Se admitía obra original, fotocopia o simplemente un e.mail. Se publicó en la página Web: www.jesusalgovi.es/theriverofmemories todas las explicaciones del proyecto, en cuatro idiomas. De esta forma se podía acceder a la convocatoria con todo lujo de detalles desde Internet. Y en esta página se colgará todo el resultado de la obra. 

2ª. Recepción de ideas: Junto a la página web, se abría una dirección de correo electrónico (e.mail: theriverofmemories@jesusalgovi.es) para recibir las ideas y trabajos. Estas obras se rescatarían en la impresora, teniendo así un soporte físico. 
A su vez, se facilitaba una la dirección postal, para aquellas personas que prefiriesen enviar la obra en soporte físico. Todo aquello que se enviara sería incinerado. 

3ª. Documentacion previa del colectivo: Fueron 49 ideas recibidas dentro de los plazos de la convocatoria, que forman parte de la exposición final y que están presentes en esta publicación: José Cala Fontquernie, Frank-Joachim Grossmann, Karen Pullich, Alexander Pawlik, Andreina Scanu, Aiman HH, Ángeles de la Torre, Anna Jonnson, Arnaud Velten, David Toral, César Ripoll, Catherine Weber, Dieter Zurnieden, Elena Toral, Eva Guil, José Luzardo, Félix Hochreither, Fernando Navarro, Hecharry & Errera, Alias Lilo, Inmaculada Cunill, Iván Tovar, Jaime Gil Arévalo, Janette Fu, Jaime Rodríguez, Joe Quixote, José María Baena, Jeff Kunkle, Carmen Aparcero, Lourdes Murillo, María Cañas, Macarena Nieves Cáceres, María Rosa Hidalgo, Bruna Tovani, Paulina Munugarren, Emilio Sola, Paka Antúnez, Miguel Jiménez, Quique Macía, Reyes Muñoz, Kurt Keller, Rocío Arregui, Rinat Etshak, Tomás Cordero, Ùna Clancy, Eva María Espejo, Virginia López y Jesús Algovi. Con dichas obras reproducidas en blanco y negro, elaboro un gran mural-mosaico. El mural, presente en la exposición final, es la copia de los originales, su documento y su simulacro. Las piezas enviadas funcionan respecto al resultado final, como los ladrillos a una casa.

4ª. Acción: Se fijó una fecha y horas concretas, en marzo de 2009, para la acción deconstructiva del fuego. El lugar finalmente elegido fue el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. En presencia de todo el público asistente y medios convocados se dio inicio a la quema de todos los trabajos presentados en papel, y las impresiones de las imágenes enviadas por e.mail. Las obras estaban en el interior de una caja de madera de 70x35x35 cm. Se realizó como una ceremonia, en el interior de la Sala, antigua Iglesia del Monasterio, con la proyección de un vídeo previo, donde se daba lectura al texto. El acto posterior, símil de una incineración humana en el espacio exterior controlado.

5ª. Instalación final: La exposición final es inaugurada el 8 de mayo de 2009 en la Galería Weber-Lutgen de Sevilla. Realicé una pequeña edición de tres piezas de esta obra procesual. Las cenizas resultantes de la acción del fuego las introduje en la pieza central en aluminio que realicé para este evento. Realicé una caja de luz con la rotulación de los nombres de todos los participantes. Un símil de las placas-homenaje a los caídos en batalla de cualquier monumento póstumo de guerra. Fuera de ella, en una línea, nombres de creadores plásticos de Andalucía, que han trabajado con un lenguaje contemporáneo, en las últimas décadas.
En la exposición final están presentes: toda la documentación (vídeo en loop de la acción), el mural y la instalación.


En multitud de ocasiones hemos escuchado que "El Arte ha muerto". 
Pero...¿Qué es el arte?...¿Esto es arte?... Y si lo fuera. ¿Es una buena o mala obra de arte?

Desde los primeros comentarios acerca del arte por Hesíodo entre los siglos VIII y VII a. C., o la descripción del escudo de Aquiles por Homero en la Ilíada, hasta nuestros días, se ha empleado mucha tinta y letra impresa en ello. Y existen muchísimas definiciones que se aproximan. Pero ninguna infalible y absolutamente certera. Es la intangible y sutil cualidad del arte. Desde la famosa definición de Dino Formaggio: "Arte es todo lo que el hombre ha llamado arte" a la de Marcel Duchamp: "Arte es lo que el artista llama arte". 

Pero, ¿Qué significa ser artista?. ¿A quién le podemos poner la calificación o la denominación de artista y a quién no?. 

En el último siglo, el modelo de artista con "éxito" es aquel que alcanza en vida prestigio, fama y riqueza.
La consecución de cualquier título oficial de enseñanzas artísticas supone simplemente una especie de garantía de conocimiento que tiene poco o ningún peso como valor dentro del mundo profesional y del mercado del arte.  

¿Por qué ocurre esto en el arte?. ¿Qué sucede para que nos resulte, en ocasiones, difícil definirnos como "artistas", o definir a alguien como tal?.
Realmente la "profesionalidad" en el arte está mal definida o, al menos, muy difusa. Decía Vlaminck1 que "ser pintor no es una profesión, del mismo modo que no lo es ser anarquista, enamorado, corredor o boxeador. Es un caso de naturaleza". 
 Pero existe el apartado de artista plástico en el régimen de la seguridad social. Si quieres vender una obra y realizar su factura correspondiente debes estar dentro del "sistema" y pagar los impuestos oportunos, como cualquier otra actividad económica y como cualquier otra profesión.

No podemos negar que el arte es también una gran industria y un gran motor económico. No sólo de manera directa, sino también como una herramienta de fomento de campos como el transporte, los seguros, la seguridad, las editoriales, las empresas de impresión, las de montaje, y principalmente lo que en la actualidad denominamos turismo cultural. Esto ha potenciado sensiblemente las economías de muchas ciudades: nuevos museos, instituciones culturales, fundaciones, ferias de arte, bienales, etc, que suponen movimientos económicos importantes e inyectan, en muchos casos, grandes beneficios en las economías locales y elevan la imagen o el prestigio exterior de las ciudades . Ejemplos cercanos y evidentes como son Madrid, Bilbao o Málaga.

Alrededor de todo este mercado cultural e institucional, hay muchas personas que viven y trabajan por ello y de ello. Los protagonistas imprescindibles de este sistema son los artistas. Y yo me pregunto, desde hace ya muchos años: ¿Por qué hay tan pocos artistas en nuestra tierra que puedan vivir de su trabajo?. ¿Cómo es posible que personas que han dedicado su vida al arte, y que están presentes en toda esta industria, sean los únicos que no pueden vivir de ello, o que lo hacen de una manera totalmente precaria, o necesitan trabajar en otra cosa?. ¿Qué está fallando?.

En algunos países europeos han sido conscientes de este problema y el sistema ha diseñado algunas soluciones. El artista, como cualquier otro ser humano, debe tener sus necesidades básicas cubiertas. Sólo así se puede crear. Un artista muerto tan sólo puede crear humus. 
 
Este proyecto es un símbolo.
Es un homenaje al artista desconocido. Al profundo amante del arte que dedica su vida o su tiempo a la creación, sin más resultados que sus propias obras. Al artista que no está en los medios, que no sale en las fotos. Al genio que nunca llegó a conocer el público, o a aquel que, aun sin brillar o descubrir grandes secretos, dedicó todo su tiempo libre a producir algo bello. Pequeñas cosas, que como ladillos, como las pequeñas historias cotidianas que no se hallan en los libros de Historia, han construido el gran edificio que llamamos Cultura. Al artista marginal y al marginado. A aquellos que, a pesar de su calidad, abandonaron, frustrados por no obtener respuestas, por no ser lo suficientemente fuertes o duros. O los que lo hicieron decepcionados del funcionamiento del sistema y del mercado del arte. A aquellos que les faltaba la suficiente ambición, como para ver en los demás a contrincantes, y decidieron no entrar en una competición artificial y absurda.
A aquellos que no quisieron traicionar sus principios ni a sus compañeros y por exigir una dignidad de la labor del artista fueron expulsados del mercado. A los que no han querido ser políticamente correctos y han renunciado a las exigencias de la moda, negándose a nadar en el mainstream de lo contemporáneo. A los que se niegan a ser artistas cortesanos y pagan el duro precio del desprecio. A los que serán eternos artistas emergentes. Dedicado también a aquel artista anónimo que con su pequeña obra o acción logró emocionar o reflexionar a algunos.
Esto es un homenaje a todos los que han trabajado en nuestra tierra, tan anclada en su tradición, en este fenómeno que llamamos arte contemporáneo y que han construido parte fundamental de nuestra Cultura. Y es también un homenaje a las ausencias.


Jesús Algovi
Sevilla, 2009.

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